Una pasión que traspasa fronteras.

sábado, 25 de diciembre de 2010

LA ESTRELLA QUE MÁS ILUMINA DEL FIRMAMENTO

Antes de empezar me gustaría desearos FELIZ NAVIDAD a todos los que leéis GEOGRAFÍA FÚTBOL. Y puesto que hoy, 25 de diciembre, es un día especial, a mí también me gustaría escribir algo especial acerca de un hecho no muy lejano en el tiempo que significó un antes y un después para el fútbol español y mundial, y en general, porqué no decirlo, para todo nuestro deporte. Érase un 11 de julio de 2010…


¡¡¡CAMPEONES DEL MUNDO!!!
Foto: Publico.es





… Cuando, yo creo que incrédulos todos, veíamos a España jugar la Final de un Mundial de Fútbol.

Empezamos perdiendo contra Suiza y, reconozcámoslo, pensamos que éste tampoco sería el año en el que levantaríamos tan preciado trofeo. Sin embargo, conseguimos pasar a octavos como líderes de grupo.

Allí nos encontramos a la Portugal de un Cristiano Ronaldo que fue borrado del campo, y Villa nos dio el pase a cuartos de final ante Paraguay.

Todo era muy raro. Sabíamos que éramos superiores a los paraguayos, pero la barrera de cuartos resultaba infranqueable. Había muchísimo miedo, y más hubo cuando “Tacuará” Cardozo cogía carrerilla para chutar aquel penalti que pudo haberlo cambiado todo. Pero las manos mágicas de un Santo que guarda los auspicios de la meta española y madridista dijeron que aquí no acababa nuestro sueño. Una jugada más tarde eran los paraguayos los que rezaban para que Justo Villar atajase el penalti de Xabi Alonso. El primero no valió y el segundo se marchó fuera… De nuevo manos a la cabeza y a sufrir muchísimo hasta que llegó él. Pedro encara a Villar, le cruza el balón por la izquierda y cuando todos veíamos el balón dentro, el palo dice que no… Pero no dio tiempo a maldecir nuestra suerte cuando Villa coge el rechace y tira ajustado a la derecha, el balón da al palo, se pasea por la línea, da al otro palo y, lo que en otros años hubiese sido un rebote hacia fuera esta vez entró. Señoras y señores: A semis.

Territorio desconocido para todos y muy familiar para nuestro rival: Alemania. El inglés Gary Lineker dijo que: “El fútbol es un juego de once contra once en el que siempre gana Alemania”, pero esta vez no se cumplió.

Los germanos no renunciaron a su fútbol ni nosotros al nuestro y de nuevo, como ocurrió en la Final de la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008, el “Tiki-Taka” se impuso. Y fue gracias a la valentía de un jugador que siempre rinde al máximo nivel juegue con quien juegue y sea cual sea la competición: Carles Puyol. Un cabezazo suyo nos metió en la gran final.

Sí. La cosa iba en serio, tanto, que nos habíamos plantado en el último partido de una Copa del Mundo por primera vez en la historia. El rival era una Holanda que ya pudo haber logrado este título en dos ocasiones y no fue capaz. ¿A la tercera iba la vencida? No.

Se ha hablado tanto de ese encuentro que no sé que decir de novedoso, simplemente que cuando la prórroga agonizaba y cuando todo el mundo pensaba en los penaltis, el balón le cae a Cesc, levanta la cabeza, toca con el interior para Iniesta, controla pero el esférico se eleva un poco, Van der Vaart corre para tapar el tiro, está solo ante Stekelenburg y la tiene buena para su diestra, empalma un potente derechazo con el empeine y…

El mundo se para.

En España se hace el silencio, todo el planeta está pendiente de un balón, en el Soccer City de Johannesburgo la gente se levanta de sus asientos, los comentaristas que narran el partido para las diferentes radios y televisiones siguen arrastrando la “a” de Iniesta que llevaba unos eternos segundos con el balón en su poder ¡¡¡Iniestaaaaaaaaaa!!! Para que finalmente 50 millones de españoles gritásemos con fuerza algo que jamás olvidaremos: ¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!!! Y más fuerte: ¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!!! Para acabar diciendo con rabia: ¡¡¡CAMPEONES DEL MUNDO!!!

Ya está, lo habíamos conseguido. Éramos y, hasta el Mundial de Brasil 2014, somos LOS MEJORES DEL PLANETA.

He de confesar que me costaba creer lo que estaba viendo. Parecía un sueño… Pero era totalmente real. De hecho, las imágenes de aquel día me resultan más emocionantes ahora que las veo pasado el tiempo que cuando ocurrió. Las lágrimas de Casillas, la “piña” que hacen todos los jugadores celebrando el gol, Vicente del Bosque siendo manteado por los jugadores, y sobre todo la imagen de Íker levantando la Copa del Mundo me ablandan el corazón y me ponen el pelo de punta.

Y es que cada vez que veo el tiro de Iniesta me da la sensación de que Stekelenburg la va a parar, o que se marchará desviado fuera, pero cuando toca la red… cuando toca la red… Me provoca una alegría que no se puede comparar con nada.

Por cierto, una pregunta. ¿La palabra “Sudáfrica” no te evoca buenos recuerdos?

Dicen que el fútbol es un deporte injusto… y así es. Sin embargo, también sabe recompensar a aquellos que más lo necesitan. Dos ejemplos bien recientes:

Al Mundial de Alemania 2006 llegaba el “Calcio” italiano muy en entredicho tras destaparse el caso de corrupción “Moggi-Gate” que acabó, entre otras cosas, con la Juventus de Turín en Serie B. Cuando todo el mundo pensaba que no tendrían la concentración suficiente para afrontar este campeonato con garantías, van y lo ganan.

El segundo caso creo que lo conocemos bien. España como país contaba (y aún cuenta) con una grave crisis económica y más de 4 millones de parados, además de otros problemas más. Sin embargo, aquel 11 de julio de 2010 zanjó de raíz la crisis y el paro, al menos temporalmente, de la cabeza de todos.

Lo que no habían logrado los políticos lo había conseguido un mérito deportivo. Al fin algo unía definitivamente al país, todos los males se olvidaron durante casi dos meses (el tiempo que duró el Mundial y las celebraciones) y 1 millón de personas en Madrid se echaron a las calles para algo bueno: Recibir a los Campeones.

Todo esto era gracias al Mundial, es decir, gracias al Fútbol (con mayúsculas).

Ése derechazo lo dimos todos. Andrés Iniesta, Xavi, Ramos, Capdevila, Torres, Reina, Valdés, Albiol, millones de españoles y de otros países que creían en el mismo sueño que nosotros, todos los jugadores que durante años han trabajado para hacer realidad algo que parecía imposible, Daniel Jarque y Antonio Puerta desde el cielo, Vicente del Bosque, Luis Aragonés y todos los seleccionadores nacionales que han buscado la gloria, Manolo “El del Bombo” (Grande. No podía faltar), etc., etc., etc.…

Gracias a todos, desde el 11 de julio de 2010 hay una nueva estrella en el firmamento. Pero no es una más. Ésta se puede tocar, se ve de día, de noche o con cielo nublado y nos acompañará para toda la vida. Ésta la conseguimos todos. Por eso he escrito este artículo en primera persona, porque yo, igual que tú, también marqué aquel gol en Johannesburgo.