Una pasión que traspasa fronteras.

jueves, 23 de diciembre de 2010

LA INCREÍBLE HISTORIA DE TINO COSTA

Este verano el Valencia, tras desprenderse de Silva y Villa, fichó entre otros a un argentino procedente del Montpellier de Francia. Venía de ser una pieza importante en el equipo revelación del país galo y su contratación levantaba muchas expectativas. Sin embargo, algunos no sabían que tres años antes estaba jugando en Tercera División, y que en 2004 Tino Costa estaba dándole patadas al balón en la modesta Liga de Guadalupe.


Tino Costa sonríe durante un entrenamiento con el Valencia CF.
Foto: As.com

Alberto Facundo Costa, más conocido como “Tino Costa”, nació el 8/1/1985 en Las Flores, Buenos Aires en un país tan futbolero como Argentina.

Ya desde pequeño su pasión era el fútbol y soñaba con ser futbolista profesional. Sin embargo, las cosas no salían como él quería. No busques vídeos ni fotografías de Tino Costa jugando con River Plate, Boca Juniors, Vélez Sarsfield, San Lorenzo de Almagro, Estudiantes La Plata… No las vas a encontrar. De hecho, jamás vistió la camiseta de ninguno de los grandes equipos argentinos.

Alberto lo vio tan crudo que decidió darle una vuelta de tuerca a su carrera. Pasaba el tiempo y no llegaban las oportunidades. Él tenía un sueño y parecía que en su país no se podía cumplir. Así pues, con apenas 17 años cogió su maleta, su pasaporte y, sobre todo, su talento y cogió un avión. ¿El destino? Guadalupe.

Guadalupe está formada por un conjunto de islas en Las Antillas, políticamente se define como un Departamento de Ultramar de Francia (ya que pertenece a este país) y está bañado por el Mar del Caribe.

La capital de este pequeño país es Basse-Terre, y al equipo de esta ciudad aterrizó Tino Costa en 2002.

Con el Racing Besse-Terre cosechó éxitos en los dos años que estuvo allí. Tanto en la temporada 2002/03 como en la 2003/04 fue campeón de Liga y de Copa. Su gran dominio del balón y su juventud (apenas 19 años) hicieron que le llamasen de la capital de Francia para ir a jugar. De nuevo la maleta, pasaporte y talento de Tino cogían un avión, esta vez con destino París.

Sin embargo, el equipo que lo fichaba no era el histórico París Saint Germain, sino el modesto Racing Club de France París, de Tercera División.

Estuvo un año defendiendo la camiseta de “Les pingouins”, con los que jugó 28 partidos e hizo los 3 primeros goles que marcaba en Europa. El equipo quedó 6º clasificado y al año siguiente fichó por el Pau FC.

En este conjunto situado en los Pirineos estuvo dos temporadas (2005/06 y 2006/07) en los que hizo números muy parecidos. En su primera campaña disputó 34 partidos e hizo 2 goles y en la segunda saltó al campo en 32 ocasiones y marcó 2 tantos. Sin embargo, el equipo siempre estuvo situado en las zonas bajas de la tabla clasificatoria (15º y 16º respectivamente). Tras dos años allí, se marchó al FC Sète.

Su estancia en el conjunto del sur de Francia fue bastante corta: Sólo un año. Lo que quizás Tino ignoraba era que ése iba a ser el primer escalón hacia un ascenso meteórico. Con ellos jugó 29 partidos en los que logró 3 goles que, ahora sí, le llevaron a una división superior. Esta vez era el Montpellier, de la Ligue 2, quien llamaba a sus puertas.

Otra vez a hacer las maletas, ahora no hacía falta pasaporte, para llevar su talento a la región de Languedoc-Roussillon. En el verano de 2008 firmaba su contrato con el Montpellier Herault Sport Club, lo cual era el inicio de una temporada en la que hizo unos números espectaculares. En 35 partidos marcó 8 goles y dio 12 asistencias a sus compañeros, lo cual le sirvió para ser galardonado como Mejor Jugador de la Ligue 2 aquella temporada (2008/09). Además, a nivel colectivo fue la más importante ya que su equipo quedó en 2ª posición en el campeonato y logró el ascenso a la Ligue 1, la máxima categoría del fútbol francés. Indudablemente, Tino Costa fue una pieza clave en la consecución de este mérito, por lo que se mantuvo en la plantilla del año siguiente siendo considerado, además, uno de los jugadores estrella.

Porque el Montpellier, que era un recién ascendido, quedó 5º en su retorno a la Ligue 1 tras haber ocupado los puestos de cabeza durante un buen número de jornadas y Tino Costa, con sus 7 goles en 31 partidos, se convirtió en héroe e ídolo de la hinchada del Stade de la Mosson.

Así se llegó al final de la temporada 2009/10, en la que el equipo francés y el Valencia CF cerraban su traspaso.

¿Sobre su rendimiento en España? Lo mejor es verlo y disfrutarlo (sobre todo disfrutarlo) cada vez que juega con el conjunto “ché” y que cada uno saque sus propias conclusiones. Cuando deje de jugar en nuestro país ya será momento de hacer balance.

Ante todo, quedémonos con el gran ejemplo de perseverancia y superación que nos deja su historia. También muestra un acto de enorme valentía, ya que arriesgó mucho dejando Argentina para irse a jugar al fútbol a un país como Guadalupe.

Pero ante todo deja dos cosas claras:

Que los sueños se cumplen.

Y que el fútbol nos regala historias maravillosas.