Una pasión que traspasa fronteras.

lunes, 18 de julio de 2011

EL IMPERIO DEL FÚTBOL NACIENTE

Japón hizo historia la noche del domingo tras vencer en la final del Mundial de Alemania a Estados Unidos, la gran favorita del torneo. Con esto, el conjunto nipón logra su primera Copa del Mundo de Fútbol a nivel absoluto, lo cual es todo un subidón de moral para un país que poco a poco recupera la alegría tras el terremoto y tsunami del pasado mes de marzo. ¡¡¡ENHORABUENA JAPÓN!!!

¡Qué gran partido fue la final del Mundial de Alemania entre Estados Unidos y Japón! Fue un choque muy entretenido, con goles, con muchas ocasiones, y sobre todo, con dos equipos que le dieron emoción al partido ofreciendo además un juego de enorme calidad. Este encuentro fue un magnífico espectáculo que tuvo lugar ante los 49.000 espectadores que llenaron el FIFA Womens World Cup Stadium de Frankfurt (Estadio del Eintracht de Frankfurt. Su nombre original es Commerzbank Arena, aunque recibe la denominación anterior porque en las competiciones FIFA los estadios del país anfitrión que son sedes no pueden llevar nombres de patrocinador mientras dure el torneo).

Frente a frente, japonesas y americanas. Las chicas de Pia Sundhage partían como grandes favoritas para llevarse el título, aunque enfrente estaban las “Nadeshiko”, el equipo dirigido por Norio Sasaki que fue la gran revelación del torneo y que venía de apear en cuartos de final a la todopoderosa, y anfitriona, Alemania.

Sin embargo, Estados Unidos salió muy fuerte y dominó totalmente la primera parte. Ya en el primer minuto Cheney entró por la izquierda y llegó hasta la línea de fondo para disparar a la cepa del poste y obligar a Kaihori a hacer la primera parada de la noche.

Cheney en la mediapunta, Rapinoe por la izquierda, Lloyd llegando desde atrás, y sobre todo Wambach arriba, eran las encargadas de asediar el arco japonés, el cual recibió 12 disparos en la primera parte, aunque sólo 2 fueron realmente entre los tres palos.

Las norteamericanas tenían la posesión del balón y la iniciativa del juego. Las acciones de peligro solían venir desde la banda izquierda, ocupada por Megan Rapinoe, quien encendía todas las alarmas de la zaga rival. Jugaba por la banda zurda pero su pierna hábil es la diestra, por lo que en numerosas ocasiones buscaba el recorte hacia adentro y la internada al área, aunque su peligro también se hacía presente con los numerosos centros en dirección a Wambach.

La “20” del conjunto americano (Abby Wambach) era sin duda el principal peligro para las asiáticas. Su gran altura (le sacaba casi una cabeza a algunas jugadoras rivales) y potencia física obligó a las niponas a emplearse mucho para poder marcarla, sobre todo en los balones aéreos donde partían en gran desventaja. Precisamente Abby fue la encargada de dar el primer aviso con un zurdazo espectacular desde fuera del área que hizo temblar el larguero de Kaihori.

Mientras tanto, las japonesas plantaban cara intentando parar el huracán ofensivo rival de los primeros minutos y queriendo igualar la balanza por medio de posesiones de balón más largas. Se mantuvieron fuertes atrás e intentaron sorprender al contraataque, lo cual casi da frutos en la primera ocasión que tuvieron cuando Kazue Ando ganó la espalda a la defensa y recibió el balón sola ante el arco americano, pero no pudo darle potencia al disparo y fue blocado por Hope Solo.

Al descanso se llegó con 0-0 aunque Estados Unidos era la gran dominadora y la que mereció irse por delante en el marcador. Sólo la falta de acierto a puerta, tuvieron cinco ocasiones claras y un balón al palo, impidió que el marcador se moviese.

Los segundos 45 minutos dieron comienzo con un cambio en las filas de Pia Sundhage, que sustituyó a Cheney por lesión dando entrada a Alex Morgan, quien tendría una gran importancia a lo largo del partido, y que mandó el balón al palo nada más comenzar la reanudación.

Estados Unidos empezaba la segunda mitad como acabó la primera, dominando y creando mucho peligro. Las americanas buscaban superar la defensa rival por medio de acciones rápidas llegadas desde la banda, e intentando superar a las zagueras japonesas en velocidad por medio de balones al espacio libre.

Precisamente en una de estas acciones llegó el 0-1. Córner para Japón, la defensa despeja y el balón le cae de Rapinoe quien casi desde su área propia manda un pase largo que Alex Morgan ganó en velocidad y que mandó a la red con un potente zurdazo. Estados Unidos marcó e hizo justicia por lo visto en el campo.

Aún quedaban 20 minutos para el final. Las americanas intentaron pausar el ritmo del partido, pero las japonesas siguieron perseverando y no se dejaron llevar por el hecho de estar por debajo en el marcador. Sin embargo, la suerte se alió con las asiáticas e hizo que la defensa rival, que hasta entonces había estado muy bien ordenada, cometiese un error garrafal que les permitió empatar.

Centro desde la derecha de Nagasato, el balón le cae a Rampone, intenta despejar desde el suelo pero el envío rebota en su compañera Krieger que hace que el esférico quede muerto para que Miyama pusiese el 1-1 a falta de 10 minutos para acabar.

Así pues, tras concluir en empate el tiempo reglamentario se procedió a jugarse 30 minutos más de prórroga en la que de nuevo la emoción salió a relucir. Estados Unidos volvió a salir con fuerza y encontró el premio en el minuto 104 cuando Wambach sacó provecho de su tamaño y cabeceó a la red un centro llegado desde la izquierda.

Parecía que todo estaba decidido, pero las japonesas siguieron batallando y otra vez lograron igualar la contienda. A falta de cuatro minutos para acabar, Homare Sawa remató un córner con la derecha y sorprendió a Hope Solo para poner el 2-2 definitivo.

La prórroga tampoco pudo decidir al ganador, por lo que ambos equipos acudieron a la suerte de los penaltis, lo cual le dio cierto toque épico/trágico al desenlace de este Mundial de Alemania.

Fue entonces cuando Kaihori pasó a la historia al parar dos de los tres penaltis fallados por las americanas (a Boxx y a Heath), y la defensa Kumagai rubricó el triunfo tras marcar el penalti definitivo para alegría de todo su equipo y de la afición japonesa que lo celebraba tanto en Alemania como en el país nipón.

Japón lo había conseguido… ¡Son campeonas del Mundo!

Además, a nivel individual y colectivo también fueron galardonadas: Kaihori fue elegida Mejor Jugadora del Partido. Las “Nadeshiko” recibieron el premio al Juego Limpio. Y Homare Sawa obtuvo la Bota de Oro como máxima goleadora del campeonato, y fue premiada con el Balón de Oro como la mejor futbolista del torneo.

Tanto americanas como japonesas ofrecieron un brillante espectáculo. El Mundial femenino ha sido todo un éxito no sólo en el aspecto organizativo, sino en cuanto a la implicación de la afición, la cual llenó todos los estadios demostrando que el fútbol femenino también importa.

Gran victoria de Japón. Quizás Estados Unidos mereció más en vista de lo que ofrecieron durante el partido, pero las niponas pusieron una voluntad enorme que las hizo llevarse el triunfo final. Por otro lado, hay que recordar que es la primera Copa del Mundo de Fútbol que consiguen a nivel absoluto, lo cual es un gran regalo para el pueblo japonés que intenta remontar tras la desgracia sufrida el pasado mes de marzo.

¡¡¡GRANDE JAPÓN!!!